PACIFICO COLOMBIANO
Una colección donde la cálida
policromía sirve de marco para compartirnos de sus raíces. Elizabeth Arias. Artista plástica colombiana,
quien a través de su obra nos comparte sus vivencias plasmando en lienzo, las
distintas manifestaciones artistas encontradas a su paso, enalteciendo la
calidez y alegría propia de la cultura de la costa colombiana.
Pacífico Colombiano-
Por Elizabeth Arias.
Es una región con una
inmensa riqueza ecológica, hidrográfica, minera y forestal en la cual se
encuentran parques nacionales naturales. Es también la tierra principal de la
cultura afrocolombiana y de numerosas tribus indoamericanas que fueron
denominados "chocoes" por los españoles al momento de la Conquista.
El litoral pone a Colombia de frente al Océano más grande del mundo. La
región está recorrida por caudalosos y profundos ríos, tales como: río
Atrato, río San Juan, río
Baudó, río Mira y río
Patía. La orfebrería indígena encontrada por los arqueólogos muestra
que el mineral siempre fue abundante y utilizado por los pueblos indoamericanos
del territorio. La explotación minera es de antigua data. De esta manera, la
región llegó a ser una de las principales productoras de oro durante la Colonia
Española.
La inquietud que esta
región del país suscitaba en mi, nació porque desde muy joven empecé a visitar
estas tierras y lo que más llamaba mi atención era la nobleza y el calor humano
que la gente brinda a sus visitantes, región que recorrí casi desde Panamá,
hasta Tumaco de donde es oriunda mi madre. Para mí fue muy fácil integrarme
porque tenía familiares viviendo en la selva chocoana que vivían de la
explotación de oro para una empresa norteamericana y eso me permitió adentrarme
en la selva, conocer los ríos, su cultura y los recursos para sobrevivir. Aprendí
a conocer los cambios de los caudales de los ríos, viajar en canoas, lanchas provisionadas
con motores de baja potencia pero que los nativos se las ingeniaban para luchar
contra la corriente y poder salir de los remolinos o movimientos adversos para
salir al mar. No importaba el grado de pobreza de los habitantes porque la región
con todos sus encantos ofrece diversidad de paisajes y diferentes modos de
vivir para gozar del entorno. Las costumbres religiosas para mi fueron de
respeto por sus creencias y los ritos quedaron guardados como tesoros en mi
memoria.
Pero lo más hermoso de
esta región se encuentra en la misma naturaleza, sobre todo como un regalo divino después de un torrencial
aguacero y de la nada aparecen brillantes colores y el arco iris que se
confunde con la vegetación originando un resplandor indescriptible que hay que
vivirlo para plasmarlo como recuerdo imborrable de mi temprana memoria. Todo
ese embrujo vivido combinado con las costumbres de sus gentes, su cultura y los
instrumentos insigne como la Marimba de Chonta hecha de modo artesanal
el cual es el instrumento más reconocido de la región y los sombreros de palma,
hechos con la palma cocotera. Los estudios folclóricos de la región nos dejan
apreciar las supervivencias negras, españolas e indígenas, en las danzas y cantos
que hoy día se aprecian en la indumentaria que utilizan con sus colores
brillantes y atuendos que combinan perfectamente en sus actuaciones y
costumbres de la región.
En honor a esos
recuerdos y recopilando por muchos años material para poder lograr enriquecer
la obra pictórica fue así como nació la idea la cual empecé con una acuarela estando
en Ladrilleros y que titulé: “Entre lágrimas y aguardiente”. Curiosamente sentí
la necesidad de hacerla en ese instante porque había sol por un lado y la
lluvia se acercaba del otro lado. Habíamos llevado aguardiente del Valle, bebí
unos sorbos, llegó la lluvia, también la nostalgia, lloré, me sobrepuse y con
el aguardiente que dejé, empecé a colorear, abrí mis ojos y en cuestión de un
tiempo que no recuerdo cuanto demoré, alcancé a pintar hasta que el aguacero tornó
todo de gris y el brillo del sol se había ido, quedando en mi la inquietud de
seguir pintando.
Por herencia llevo en
la sangre la vena artística y el amor al arte, ambas familias, la maternal y la
paternal me inculcaron esta inclinación, pasión que vive en mí y de la cual no
me puedo apartar.
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