EL SALVADOR ES DE TODOS

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20/12/11

FELIZ NAVIDAD- EL MENSAJE DE UN AMIGO Y COLEGA QUE TENEMOS A BIEN COMPARTIR

Queridos míos:


Desde hace muchos años, aprovechando el Don que Dios me regaló de poder expresarme a través de las letras, he mantenido la costumbre de escribir algunas líneas destinadas a mis amigos y familia en ocasión de las fiestas de fin de año.

No hablo del Año Nuevo, que recuerda sólo que un calendario ha acabado de deshojarse, para que otro nuevo comience a hacerlo. Hablo de algo mucho más profundo, y simple a la vez. Hablo de la Navidad.

Desde lo personal, mi compromiso religioso ha sufrido altibajos a lo largo de mi vida, y desde la indiferencia absoluta hasta el compromiso total, toda la gama de intermedios creo haberlas vivido. Sin embargo la fe siempre ha estado presente en cada minuto, en cada circunstancia, en cada pensamiento de todos mis días, y es desde esa fe desde donde escribo esta carta.

La Navidad representa ese momento único en el año en que la indefección de un niño pobre en un pesebre, tuvo la fortaleza de detener por algunas horas una batalla en plena guerra, y hacer que hombres armados para matar y morir, elevaran junto con su mirada su corazón al cielo.

La Navidad es un canto a la simpleza, al amor, a un mundo que puede ser mejor, a la nobleza de espíritu, a la esperanza, al perdón, a la vida con mayúsculas.

No quiero traerte con estas líneas una apología teológica del Milagro de la Navidad, ni unos párrafos repetidos y comunes llenos de reflexiones que, por sabidas, ya han perdido el color.

Este año quiero arrimarte un pedido.

Solamente deseo que en esta Navidad que recuerda el inicio de una vida de entrega total por amor a los hombres, paradojalmente, hagas un acto egoísta.

Quiero que le quites a todos, incluido hasta los niños de tu casa, el privilegio de poner a media noche el Niño en el pesebre y seas vos quien lo haga; y quiero pedirte que cuando lo estés depositando en su cuna de paja, profundices un poco más tu egoísmo y te olvides, por unos segundos, de todos los que están en tu derredor y te quedes sólo, frente a frente, con el niño del pesebre, como históricamente estuvo su madre o su padre cuando él nació.

No te pido mucho, apenas unos segundos durante los cuales tu cabeza quede en silencio, tu interior en calma, y tus oídos atentos a la voz que se oye dentro de uno como un susurro que aun así nos grita.

Es posible que si haces esto que te pido, esta será la última vez que seas egoísta en todo lo que te quede de vida, porque si – aunque sea por unos segundos – logras estar solo con ese Jesús que llora pidiendo tu ayuda y abrigo desde un pesebre, ninguna miseria humana podrá tener cabida en tu alma nunca más; y es posible que si haces esto, logres oír el canto de los ángeles que le dicen a los humildes: “Les anuncio una gran alegría, hoy les ha nacido un Salvador”

Después regresa a los tuyos con el Niño en tu corazón. Eleva tu copa que yo elevaré la mía, y aunque estemos separados por la distancia, brindaremos por nuestros buenos deseos.

Y te aseguro que lejos, o muy cerca, celebraremos juntos, y será Navidad.

Felices Fiestas 2011.

Daniel Lencinas.


"Nadie puede amar a Dios, a quien no ve, si no ama al hermano a quien ve" (1 Jn . 4,20)

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